HAGAMOS MEMORIA

Dicen que un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro, que hay que aprender de los errores del pasado para no volver a cometerlos, pero también dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Propongo hacer un poco de memoria, que miremos un poco para atrás, para esquivar la piedra, para no cometer los mismos yerros.

El año pasado, sin ir mas lejos, arrancamos con un “dream team” propiciado por supuestos salvadores que cada vez que intervinieron el resultado fue nefasto, y que todavía tienen el rostro para putear jugadores en la cancha. Al final, en lugar del equipo de los sueños terminamos en una pesadilla, con los verdaderos jugadores del club disipados por toda la liga, plantel dividido y peleado (todos se deben acordar de la trompada del vizcacha a carucha en cancha de Villa) y un técnico de “las entrañas del club” dejando el barco a medio hundir. ¿A quien no le dolió ver a Tito con la de Olimpo? A mi si, y el Zapa en Once, Marino en Bellocq…

Vamos mas para atrás, acordémonos de aquellos años en los que Mario Colantonio y el Bobby Coronel le ponían el pecho a un equipo de pibes que recién debutaban y no teníamos nada, no peleábamos por nada. ¿O alguien se olvidó de los dos partidos con Argentinos en el 2005? Yo no me olvido, y agradezco a los que la lucharon en esos años difíciles.

Ahora se preguntarán ¿y a que viene todo esto?, y la verdad es que me dolió lo del domingo, me pareció injusto. Pero cada uno sabrá en su intimidad que Quilmes quiere, si aquel que sufría con el promedio o este que lucha hasta la última fecha un campeonato, si aquel con “nueves goleadores” foráneos (recuerden a Cataneo y Perrone) o este con pibes que se matan por los colores, si aquel de supuestos Mesías que saltan con el último salvavidas o este con un técnico que sin ser del club agarró un fierro caliente y ordenó el vestuario. Yo no quiero ser como Huracán, Colegiales u Olimpo que dan una vuelta con jugadores prestados que sólo juegan por la güita, yo quiero en mi equipo a estos pibes que laburan todo el día y van a entrenar y se matan por la camiseta, porque la mayoría son hinchas y los que vinieron de afuera se quieren quedar. Además, y esto es muy personal, como dice Alejandro Dolina en su cuento “Instrucciones para elegir en un picado”: Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables