11 ago 2009

RECUERDOS: atarse los cordones por encima del tobillo




La costumbre se inició en épocas de imágenes en blanco y negro, allá por la década del ‘50 y del ‘60, pero se popularizó recién en los 70’s, cuando los futbolistas comenzaron a salir más asiduamente en televisión y a protagonizar publicidades de botines en los medios gráficos.
Por aquel entonces, amarrarse los botines del modo convencional (como cualquier zapato o zapatilla) parecía demodé. La nueva tendencia obligaba a atarse los cordones sobrepasando la imaginaria línea de los tobillos.
Había distintas escuelas, claro. Estaban los que hacían una simple vuelta y anudaban de la manera más sencilla para sentirse sueltos; Y estaban también los fundamentalistas, que empezaban aprisionando el pie con nudo marinero a la altura de la lengüeta y seguían enroscando la pierna aprovechándose del largo del cordón, obteniendo un verdadero matambre listo para presentar batalla. Todo eso multiplicado por dos, claro. Los jugadores utilizan ambas piernas. Bah, TODOS NO.Como era de esperar, la moda que impusieron los futbolistas dentro de la cancha, no tardó en trasladarse a las calles, las plazas y los potreros. Los pibes de cualquier barrio de la Argentina querían usar los cordones como sus ídolos, por supuesto. Pero eso generó más pérdida de tiempo que otra cosa a la hora de hacer un picado. Nunca faltaba aquel imprudente que con tal de imitar a Mario Zanabria o la Rana Valencia podía perder más de 10 minutos en ajustarse los botines, dejando a su equipo en inferioridad numérica. Imperdonable.
Decadencia y muerte de la costumbre
Hacia finales de los 80’s el uso de este método comenzó a sentir el paso de los años. De 11 jugadores que salían a la cancha, sólo 2 ó 3 se animaban a mantener la tradición. Encima, ya iniciados los 90’s empezó a circular con más fuerza el rumor que decía que “atarse los cordones encima de los tobillos corta la circulación…un chico que vivía acá a la vuelta perdió las dos piernas y después se murió“. Ese fue el fin de esta práctica tan particular, que dio paso a los vendajes por encima de las medias, fomentada por el Tata Martino primero y el Gatito Mignini después. Pero esa es otra historia.
Desde acá un simple recuerdo para los que se ataban los cordones por encima de los tobillos. Ese simple acto, por más que parezca una boludez, también forma parte del fútbol que nos tocó ver y que tanto queremos.


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